Teatro Romano de Málaga

Teatros
Dirección: C/ Alcazabilla
Málaga (Málaga)
Teatro Romano de Málaga

El antiguo solar de la hoy ciudad de Málaga cumplía todos los requisitos para ser elegido como lugar de asentamiento de un próspero emporio comercial ya desde tiempos de la colonización fenicia del Mediterráneo occidental. Era una bahía que, incluso hasta entrada la antigüedad tardía, se desarrollaba en forma de una ensenada, entroncando con el estuario del río Guadalmedina. Este curso fluvial, así como el próximo del Guadalhorce, fueron instrumentos fundamentales de la circulación bidireccional de productos y mercancías entre las costas mediterráneas y las fértiles tierras del interior.

La ciudad romana evolucionó a partir de la púnica (primero fenicia). Ya para el asentamiento más antiguo se eligió un área favorable, protegida de los vientos, en torno a dos promontorios que hoy pueden aún reconocerse en la Alcazaba y la Catedral. En la ladera meridional de uno de ellos, concretamente el de La Alcazaba, fue erigido el Teatro Romano.

En la construcción del graderío del teatro malacitano, como en otros muchos ejemplos peninsulares, se recurrió a una solución mixta: la parte inferior se apoyó en la ladera natural, mientras que el sector superior se levantó de forma exenta sobre substrucciones artificiales. Para ello se llevó a cabo el aterrazamiento de la pendiente original preexistente. Tres vomitaria radiales se encargaban de dar acceso, desde una calle perimetral exterior, a la praecinctio intermedia de distribución.  En superficie, a su vez, la cavea se dividía, a través de tres escaleras, en cuatro cunei.  Se conservaron, al menos, doce de las filas de gradas, si bien los trabajos de restauración han llegado a restituir un total de diecinueve.

El edificio escénico se organizaba de acuerdo a una planta mixtilínea bastante compleja en el conjunto de teatros hispanos, con tres exedras semicirculares que alojaban otras tantas puertas: regia la central y hospitalis las laterales.

Los datos estratigráficos obtenidos en las escrupulosas excavaciones de los últimos años han venido a constatar la cronología ya sugerida por aspectos tipológicos y edilicios para la construcción del edificio: el gobierno de Augusto.

El edificio, una vez abandonado en un momento indeterminado del siglo III d.C., fue intensamente ocupado ya desde época tardía, momento en el que empezó su expolio intensivo como cantera de material constructivo de acarreo. No obstante se plantea incluso que ya desde antes hubiera ido perdiendo paulatinamente su uso o lo hubiera compartido con otros más o menos ocasionales e intrusivos (tales como talleres). Pronto todo el área sufrió una acusada transformación quedando asumida en un barrio de uso industrial, documentándose piletas para la producción de conservas y salazones, entre el siglo IV y la primera mitad del V. Ya en esta centuria se constata una ocupación del área más o menos ocasional como necrópolis.

Lamentablemente documentados tan sólo de forma muy parcial, se han identificado niveles de la fase de ocupación bizantina de Malaca (552-615 d.C.), en limitados testigos dejados en el solar. Asimismo, posteriores arrastres con material islámico. No faltarán las evidencias de la intensiva ocupación marginal del barrio en los siglos XVIII y XIX.

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